Su paso por la reputada pastelería francesa Fresson, del MOF patissier Franck Fresson, le enseña a trabajar el helado con mimo, empleando ingredientes de la máxima calidad, naturales y frescos, a partir de la colaboración con pequeños productores con los que comparte un compromiso por el producto noble. Su formación inicial como pastelero influye así en las creaciones heladas de este gran profesional japonés, en la actualidad uno de los heladeros con mayor proyección fuera de tierras niponas. A su vuelta a Japón, Emori contribuye a la apertura de la heladería Glaciel en 2012, que se sitúa claramente en la vanguardia de los establecimientos heladeros en Japón. Aquí se especializa en la tarta helada, desarrollando un estilo que marcará muy de cerca la personalidad de Glaciel.

Durante el último trimestre de 2015 deja Glaciel para empezar una nueva aventura en Japón con su sello inconfundible. “Será 50% heladería, 50% pastelería”, asegura, “y reflejaré también los helados más valorados en las competiciones mundiales en las que estoy participando”. Mientras tanto, presta sus servicios como técnico demostrador de la firma Carpigiani en Japón y en el terreno de las competiciones fue el capitán del equipo nipón que se alzó con la victoria en la pasada edición del Campeonato Mundial de Pastelería, Chocolatería y Heladería, en la Host de Milán, en octubre de 2015. En 2017 abre por fin su propio establecimiento en Japón, Maison Givrée, donde incorpora nuevas técnicas de decoración de sus tartas heladas, su formato predilecto, entre las que destaca una divertida colección en forma de mariquitas que va adaptando en función de las festividades. También ofrece individuales y elaboraciones pasteleras.