El jefe de la partida de los postres, Pablo Queijo, inscribe su pastelería en la cocina franco-andaluza del restaurante Lú Cocina y Alma, del chef JuanLu Fernández. Una cocina pausada, paciente, que sabe generar una reflexión de fondo sobre la vanguardia. En este universo gastronómico que está creando Fernández, Queijo se ha ganado un espacio propio, desarrollando una pastelería de base clásica y francesa, que mira hacia adelante para realizar creaciones de autor muy particulares.

El helado cumple una función muy importante en este restaurante, y no sólo como nexo de unión de los postres, sino también como un eje vertebrador que da ligereza y textura. Entre otras interesantes propuestas del pastelero, ha confeccionado una línea de tartas heladas para acompañar las celebraciones especiales que tienen lugar en el restaurante.