Procede de la hostelería, donde se dio cuenta de que sus postres necesitaban un elemento que diera una mayor personalidad a su propuesta dulce. Y encontró en el helado esa creatividad que andaba buscando y que podía expresar también en sus creaciones para otros clientes cocineros. Así empieza su andadura en la heladería José Manuel Martínez Salas, como paso previo a la apertura de su propia heladería Cremela, en Cangas de Onís, Asturias.

Su establecimiento tiene aires modernos, una vitrina diferente, con sabores singulares y gastronómicos, donde también ofrece chocolates. En este sentido, su línea de bombones ha ganado el Premio 2019 al mejor bombón artesano de Asturias.

Inconformista, una de sus principales motivaciones es la de perfeccionar al máximo el helado de Cremela. Esto le ha llevado a investigar en nuevos ingredientes con menor carga dulce para lograr sabores más nítidos. Su trayectoria ha ido forjando a un profesional polivalente, que transita con soltura entre sectores como la restauración, la chocolatería y la heladería.