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6 polos helados que revalorizan cualquier vitrina
El polo, además de ser uno de los preferidos de los consumidores, permite a los chefs experimentar con sabores y presentaciones.
En las paletas he expresado artística y conceptualmente 15 elementos que me han tocado emocionalmente en mi vida
La sólida formación y la sensibilidad gastronómica de Roberto Cortez son los pilares de su polivalencia y creatividad. Su vertiente más metódica y academicista en gastronomía dulce se forja en instituciones francesas como Le Cordon Bleu, Lenotre y Bellouet Conseil, mientras que su lado más libre y creativo crece bajo figuras claves de la gastronomía dulce como Albert Adrià y Pierre Hermé.
Su trayectoria profesional se ha desarrollado como chef personal de actores y directivos muy conocidos de Estados Unidos y, más recientemente, en una intensa actividad en el diseño de comidas experimentales bajo la denominación CR8, donde aúna gastronomía, arte, diseño y artesanía.
Hasta 2019, sus aproximaciones a la heladería habían sido más bien tímidas hasta que se embarca en el proyecto titulado “Emotional Delicacies” (Manjares-Exquisiteces Emocionales). En él reinterpreta la paleta mexicana para llevarla a un interesante plano creativo, en el que vincula los ingredientes escogidos en las recetas a vivencias personales. Esta iniciativa incluye también un trabajo fotográfico del que se pudo apreciar un aperitivo en la exposición The Stanton House Art & Tasting Exhibition (El Paso, EE.UU.).
El polo, además de ser uno de los preferidos de los consumidores, permite a los chefs experimentar con sabores y presentaciones.
Disponible en Books For Chefs, es una obra diferente, original y artística, imprescindible para entender el universo creativo de este chef.
En los últimos años, el helado ha experimentado un desarrollo sin precedentes en la pastelería y cocina occidentales que analizamos a través de seis ejemplos.