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Sigep, donde la heladería deslumbra

 
Sigep 2018 ha vuelto a pasar como una exhalación después de cinco intensas jornadas de competiciones, como la Copa del Mundo de Heladería, talleres impulsados por las asociaciones de heladeros italianos y actividades de los expositores. Una edición que reafirma con fuerza a la feria como un polo de atracción de profesionales de otros sectores con el helado como nexo de unión. De ahí que cada vez sea más habitual ver en los pasillos a pasteleros españoles y de todo el mundo, a panaderos, baristas, cocineros, seducidos por este salón internacional y los eventos que genera. Este año Sigep ha superado ligeramente las cifras de la pasada edición con 209.135 visitantes. Sin embargo, esto ya no es noticia si se tiene en cuenta que viene ocurriendo lo mismo desde hace años. Es la lógica natural de una feria que está inmersa en una progresión imparable.
 

Hacia la fusión de conceptos

Dejando a un lado los eventos más mediáticos, uno de los aspectos por los que vale la pena viajar a Rímini es para ver la vasta oferta de heladería en todas las categorías de producto. Y es que Sigep juega un papel importante en la industria de la heladería italiana, porque es una plataforma que ofrece una gran visibilidad para la presentación de novedades a visitantes de todo el mundo. Esto obliga a que los expositores inviertan en investigación y desarrollo para que en el espacio de un año se produzcan nuevos lanzamientos y avances en maquinaria, mobiliario, producto y accesorios. Una dura carrera de la que es fácil descolgarse y de la que no siempre se obtienen buenos resultados, pero que en su conjunto proyecta una imagen innovadora del sector en la visita a los stands.

En este sentido, uno de los subsectores que muestra más innovación cada año es el mobiliario de heladería, que avanza hacia una mayor integración del diseño y la funcionalidad. En esta edición este paso ha sido muy significativo, con vitrinas versátiles que permiten combinar módulos de distintas temperaturas de exposición, formatos de presentación del helado e incluso vitrinas que fusionan con éxito conceptos tan diferentes como el granel y los tubos de glicol. No es ni una cosa ni la otra, pero tiene lo mejor de ambas formas de exposición del helado.

Tras las vitrinas, las mantecadoras también se reinventan a través de la unión de conceptos. La innovación tecnológica da como resultado la creación de mantecadoras-vitrinas, es decir mantecadoras con exposición a la vista, con la parte superior visible, donde el helado se está mantecando continuamente. De nuevo, maquinaria híbrida, toda una tendencia tanto en maquinaria como en mobiliario.   

Los heladeros exploran nuevos caminos

Por otra parte, la Scuola Italiana di Gelateria y la asociación de heladeros I Maestri della Gelateria Italiana continúan ampliando el abanico de temas y posibilidades dentro de su línea de trabajo sobre el helado saludable de los últimos años. En esta edición de Sigep se centraron en las flores comestibles, una original apuesta que abre nuevos caminos de exploración a la heladería desde la perspectiva que aportan la nutricionista Roberta De Sanctis y el heladero Arnaldo Conforto. Una manera alternativa de acercarse a la formulación, que incorpora en su planteamiento la importancia de la nutrición y el impacto del consumo del helado en el organismo. Así, en Sigep mostraron helados elaborados con begonia, iris tuberosa (bocche di lupo, Hermodactylus tuberosus), borraja, caléndula, dalia, clavel y otras muchas flores. Es otra de las experiencias de la feria que suelen pasar desapercibidas, eclipsadas por el interés mediático de otros eventos, aunque puedan tener un gran interés desde el punto de vista profesional.

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