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L’Enxaneta llega a Madagascar

L’Enxaneta llega a Madagascar

Jordi Domingo es el responsable de las heladerías L'Enxaneta de la Costa Brava. Hace 10 años su vida cambia totalmente a raíz del proceso de adopción de su hija en Madagascar. Fruto de esta experiencia se gesta una nueva aventura empresarial con Mamy Faliniryna en esta isla-continente del Índico, una persona clave en la adopción. En un ejercicio de verdadero altruísmo, comienza un conmovedor proyecto de colaboración en el que Jordi Domingo se vuelca. Montan juntos varios quioscos de helado soft en Madagascar que hoy funcionan de forma autónoma. La narración de esta historia es una crónica del propio Domingo, porque nadie como el coprotagonista para explicar de primera mano la experiencia.

Mi relación con Madagascar comienza ahora hace 10 años, después de la decisión que tomamos mi mujer y yo de adoptar un niño de este país. La primera persona malgache que conocemos cuando llegamos fue Mamy Faliniryna Rakotondrazaka, quien me lleva a visitas de centros de acogida en Antananarivo, la capital. Gracias a él y a su mujer nuestra experiencia de adopción se vuelve más fácil, ya que mi hija, Odette Lovasoa, pasa los últimos cinco meses en su casa antes de ir a recogerla. Además, me ayuda al máximo a conseguir de forma rápida fotos, vídeos y cualquier información que necesitábamos.
A raíz de esta relación especial con Mamy y considerando que Madagascar está situada en el puesto número 151 del Índice de Desarrollo Humano según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), me propongo ayudarle de la mejor manera que sé, con mi oficio. Así que "Mam" viene un verano a mi obrador para trabajar, ganar dinero y adquirir conocimientos. Una vez en su país me hace una propuesta que va a ser clave en nuestras vidas. Se trataba de montar un quiosco heladero en Madagascar de helado soft y granizados. Y nos animamos a colaborar con él y, de paso, llevar la marca de nuestras heladerías de la Costa Brava, L'Enxaneta. Gelats d'altura, a tierras malgaches.
Compramos una máquina de helado soft y una granizadora en Cataluña. En paralelo, en Madagascar Mamy construye un primer remolque y compramos un todoterreno. En el equilibrado de las fórmulas para elaborar un buen helado en Madagascar conté con el asesoramiento de Pablo Galiana. Técnicamente había que tener en cuenta dos cosas, las condiciones climáticas y las dificultades para encontrar ingredientes. Una vez la maquinaria llega desde España a Madagascar, Mamy se dedica a ir de mercado en mercado a vender helado y durante las vacaciones se instala en un lugar turísticamente importante. Es entonces cuando empieza a ver los frutos del esfuerzo realizado. Pronto el negocio va a más y continuamos buscando nueva maquinaria para enviar a Madagascar.
En la actualidad tenemos dos remolques con una extensa oferta de helado soft, helado en vitrina, crepes, gofres y granizados.
Todas estas gestiones y la inversión para hacer realidad este sueño lo hemos hecho sin ánimo de lucro. En otras palabras, hasta ahora hemos puesto dinero para poner en marcha este proyecto pese a que, también hay que decirlo, se mantiene solo desde hace unos años.
Pero esta experiencia no se ha quedado sólo en Madagascar. Fruto de esta aventura empresarial y de los contactos que hemos realizado, tenemos el privilegio de contar con la mejor vainilla. La vaina gruesa y carnosa, con el sabor y el aroma típicos de la variedad Bourbon, importada directamente de la capital Antananarivo, se está convirtiendo poco a poco en una de las grandes protagonistas de nuestras vitrinas de Palafrugell, Calella y Begur. Además, queremos que mi hijo biológico Eudald vaya este verano a echar una mano en todo lo que pueda a los chiringuitos de la playa. Y así, de paso, también practicará idiomas.

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