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Connoisseur rinde culto a los primeros helados

Connoisseur rinde culto a los primeros helados

El pasado mes de octubre, la marca australiana de helado de alta gama Connoisseur lanzaba una nueva colección inspirada en los orígenes del producto, en las grandes civilizaciones de la antigüedad. Los sabores de Empire Collection dan a conocer las formas más primitivas de helado consumidas por los grandes personajes históricos y es fruto de la colaboración con cocineros con sede en Australia. En este lanzamiento Connoisseur ha contado también con el portal de tendencias y gastronomía Broadsheet (Vice & Fairfax).

Australia es el tercer país con mayor consumo de helado en el mundo, tras Nueva Zelanda y Estados Unidos. Y sin embargo poco se sabe de los orígenes de un producto tan accesible y cotidiano. Se suele pensar que su nacimiento es relativamente reciente, ligado a la aparición de la tecnología del frío. Pero en realidad su historia es anterior. Este lanzamiento es una oportunidad única para divulgar los antecedentes más remotos del helado, como los que se elaboraban con nieve de las montañas y que después eran almacenados en cámaras subterráneas. "Son historias fascinantes que queríamos compartir con nuestros clientes", comenta Alicia Munday, directora de Marketing de la firma australiana. "Queríamos dar a los amantes del helado un nuevo producto que les emocionase. Los aficionados a nuestros helados tienen un paladar refinado, han viajado por el mundo, experimentan con la comida y siempre están buscando nuevas e interesantes combinaciones de sabores", asegura. Antes de esta colección, no se había visto nunca en las tiendas y grandes superficies de Australia un helado de alubia roja, explica. Pero teniendo en cuenta la multiculturalidad "de nuestro país, no debería ser algo tan extraño", sostiene. "Nos acercamos al helado con el espíritu de un artista, todo lo que hacemos está impregnado de creatividad y pasión. Siempre estamos buscando dar un nuevo giro a nuestros sabores", argumenta.

Junto al portal Broadsheet se ha seleccionado a una serie de cocineros, auténticos expertos en las cocinas asiática, persa, francesa e italiana: Chris Watson, cocinero y propietario de Luxembourg Bar & Bistro de Melbourne, gran conocedor de la cocina francesa; el restaurante chino David's, regentado por el chef David Zhou, también de Melbourne; Zaatar, templo de la gastronomía persa, de George Choueiri; y finalmente, el cocinero italiano Tony Niccolini, del restaurante D.O.C's. Con ellos se ha escogido la combinación de sabores más adecuada de cada una de las cuatro propuestas.

El embalaje de Connoisseur nunca queda al azar. De la mano del artista Steve Cross se le da a cada historia del helado un diseño. Cada diseño, pintado sobre lienzo y luego fotografiado, cuenta con iconos y elementos de la vida y las hazañas de cada figura histórica. Si se mira detenidamente en el embalaje se ven las monedas que el emperador Nerón, por ejemplo, usó para sobornar a los jueces en los Juegos Olímpicos y los tarros de cerámica pintada en los que se servía el helado en tiempos del emperador Jing Zong de China. A medida que el consumidor consume el producto, aprende más sobre la historia. "Es importante para nosotros poner tiempo y esfuerzo en nuestros envases, porque queremos crear pequeñas obras de arte", dice Alicia Munday.

La fuerte personalidad del emperador romano Nerón inspira una de las propuestas a través de un helado de café robusto, salpicado con avellanas bañadas con chocolate y salsa de licor de avellana. El rey Luis XIV también era un apasionado del helado. Sus cocineros llenaban moldes de metal con hielo, chocolate, frutas y flores del jardín que formaban parte de los grandes banquetes. Connoisseur le dedica un helado de vainilla con copos de chocolate y licor de Armagnac. El rey Ciro fue uno de los pioneros del helado en el Imperio Persa. Sus siervos recogían la última nieve del invierno a la que se añadía zumo de uva. En su memoria Connoisseur presenta un helado de pistacho, con tropezones de pistacho y veteado de sirope de canela, miel y dátiles. Finalmente, el enérgico emperador Jing Zong sólo tenía quince años cuando llega al poder. En las noches calurosas se preparaba una suerte de "helado" primitivo con leche de búfala y "dragon brains" en el Palacio Imperial. Connoisseur le homenajea con un helado de exóticas alubias rojas, tropezones de coco y sirope de alubias rojas.

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